Cómo Vivir el Presente y Entrar en el Flujo de la Abundancia
- MB

- 3 nov
- 2 Min. de lectura
Seguimos — o intentamos seguir — el flujo sin saber realmente de qué se trata. El flujo es la plena abundancia, la manifestación divina de la mejor posibilidad para ese momento en tu realidad de existencia. Significa entregarte a lo mejor que el universo tiene disponible para ti en ese tiempo y espacio.

Fluir con el flujo de la abundancia es estar presente y completamente entregado al universo, permitiendo que actúe sobre tu realidad y te traiga las mejores sorpresas. Para lograrlo, necesitas desarrollar tu psique para aceptar estar en el presente, algo que no es fácil en un mundo lleno de ansiedad y depresión.
Elegir vivir en el presente es un desafío mental y espiritual. Cultivar la atención plena es un ejercicio tanto para la mente como para el espíritu. Por eso, es posible respirar profundamente y reconectarte con lo mejor que hay para ti.
A lo largo de la historia, muchas escuelas de pensamiento han mostrado caminos hacia la atención plena. Desde tiempos antiguos, chamanes, maestros, gurús, sabios, filósofos, científicos, médicos y terapeutas comprendieron que la respiración profunda, unida a la conciencia plena, tiene el poder de silenciar la mente y permitir que la abundancia del presente — el verdadero regalo del universo — fluya hacia ti.

Meditar es uno de los caminos de reintegración con el presente. Existen muchos tipos de meditación: silenciosas, guiadas, mágicas, espirituales o corporales. Pero todas ellas llevan al mismo lugar: el presente.
Cada persona debe encontrar aquella que más le ayude, facilitando su entrenamiento mental para permanecer en el ahora. Es evidente que no estarás meditando el 100% del tiempo para poder vivir en el presente. Por eso, la práctica de la meditación es un entrenamiento cuyo propósito es hacerte más hábil para estar presente de manera natural en tu vida diaria.
Cuanto más practicas, mejor te vuelves. Esto no significa que necesites tres horas de meditación diarias, sino que debes incluir en tu rutina diaria o semanal un tiempo de dedicación — sea de 5, 10 o 50 minutos.
Mientras te mantengas constante, te reconectarás cada vez más rápido con el flujo de la abundancia, viviendo lo mejor que la vida puede ofrecerte aquí y ahora.
Permanece en paz. Mantente presente.
¡Namasté!
Reflexiones y canalizaciones de MB.
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