Cristo y la Encarnación: una invitación a amar el propio cuerpo

A pesar de las vicisitudes de la vida encarnada, es posible encontrar caminos de luz. La materialidad tiene sus desafíos, y vinimos no para superarlos, sino para vivirlos y sacarles el máximo provecho. Somos seres espirituales en cuerpos carnales con necesidades propias. Nuestros cuerpos son como naves espaciales. Sin embargo, son más limitados que las naves de las películas de ciencia ficción.

No podemos negar nuestra materialidad, pues forma parte de la proyección de nuestro progreso espiritual colectivo . Así que cuida bien de tu cuerpo, pues es la base que te permite alcanzar las alturas del alma. Tu cuerpo tiene cosas que enseñarte, sean las que sean. Y la principal es: amar al prójimo como a ti mismo , una máxima bien conocida en la época cristiana.

Después de todo, ¿por qué Cristo Jesús usó un vehículo corpóreo si no lo necesitaba? Quizás la lección sea más básica o simple de lo que imaginamos.

Reflexiones y canalizaciones de MB.

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